sábado, 31 de enero de 2015

Los prejuicios y la sociedad actual

(Atención: este artículo lo escribí en un momento de mi vida en el que aún estaba en proceso de deconstrucción ideológica. No me juzguen, yo ya no soy la persona que escribió eso)
Después de hablar mucho de Trolls, creo que lo suyo sería enfocar un poco más el blog hacia su propósito original: Mostrar un punto de vista distinto de la sociedad. La razón por la que me convertí en el rey de los Trolls fue por que la vida real jamás ha sido una opción válida para mi...
A menudo no nos damos cuenta, pero todos tenemos privilegios sociales que hacen que nuestras palabras valgan más que las de otras personas, independientemente de que tengamos razón o estemos diciendo tonterías sin sentido.
Por ejemplo, imaginemos que somos ciudadanos blancos Estadounidenses y estamos dando una charla sobre cualquier cosa en mitad de la calle, en un estado sureño como Luisiana o Georgia; y de pronto un ciudadano negro nos contradice, pero nosotros seguimos hablando sin hacerle ni caso. ¿Ocurrirá algo? Posiblemente no.
Ahora somos el ciudadano negro, que da la charla en ese mismo lugar, y es un ciudadano blanco el que nos contradice, seguramente nos veremos obligados a hacerle caso y a darle voz y boto. En Europa no hay tanto racismo como en esos lugares, así que difícilmente ocurriría algo así en mi país, no obstante, en el sur de Estados Unidos sí, pues los ciudadanos blancos tienen privilegios sociales allí. Y a la vez, prejuicios contra los ciudadanos negros.
Ahora cambiemos "Estados Unidos" por "Arabia Saudí", "Ciudadano blanco" por "Hombre" y "Ciudadano negro" por "Mujer". Mismo resultado.
No es responsabilidad de un único ciudadano o ciudadana el deshacerse de sus prejuicios, es cosa de todos, y mientras sigamos creyendo que vivimos en una sociedad igualitaria o que las diferencias sociales están justificadas, estaremos equivocados.
"Pero es que yo soy un/a ciudadan@ moderno, no tengo prejuicios contra nadie", Piensas. Mal, pues TODOS TENEMOS PREJUICIOS. Es imposible no tenerlos, no existe forma alguna de conocer lo suficientemente bien a cualquier persona como para saber con exactitud el grado de bondad u honradez que posee, pues es un concepto abstracto y subjetivo que no se puede medir... Aún así, está en nuestras manos saber que el género, los rasgos faciales, el color de piel, la nacionalidad, las preferencias sexuales o la religión no definen a esa persona lo suficiente como para que podamos hacernos una idea absoluta de como es realmente.
En Internet, la mayor parte de gente es anónima, solo sabemos de ellos un seudónimo y una imagen como avatar. Si el usuario se llama Goku934, probablemente sea fan de Dragonball, y si tiene un avatar de un gato, probablemente le gusten los gatos. (Regla #00 de internet: ADORARÁS A LOS GATOS)
Evidentemente, no vamos a acercarnos a saludar a un hombre con una media en la cabeza y una funda de ametralladora en la espalda, pero hay que saber diferenciar cuando realmente hay pruebas de ser mal ciudadano y cuando nuestra mente nos juega una mala pasada haciéndonos creer que todas las personas que son de una tal manera son mala gente.
Hace unos meses, me acerqué a un gitano que pedía en la calle, y le pregunté que le ocurría. Me dijo que su hija tenía esclerosis lateral amiotrófica y que se estaba muriendo, pues la medicación era muy cara y su sueldo no le daba suficiente como para pagarla. En ningún momento miró a su derecha arriba, en ningún momento se inventó nada, todo era cierto y yo no llevaba dinero encima para poder darle. Me dijo que estaba agradecido igualmente por haberle escuchado y que cuando tuviese más dinero me invitaría a tomar algo. Era una persona que estaba pasando por muy malos momentos y la gente le rehuía para evitar pasar cerca de él.
En cambio, otro día, fue un mendigo el que se acercó a mí y me dijo que le llevase a mi casa a comer. Yo le dí un par de euros que tenía en el bolsillo (Lo suficiente como para comprarse una barra de pan en la panadería que había justo en frente) y le desee suerte, no obstante, el hombre siguió insistiendo. Yo estaba esperando a unos amigos, así que no tuve más remedio que conversar con aquel personaje que no paraba de insistir que le llevase a mi casa, una y otra vez. Vivo en un piso modesto, no es un lugar al que traer invitados, así que se lo dije al mendigo. Pero este siguió insistiendo. Yo ya le había dado dinero, le había recomendado ir a un comedor social (incluso le había ofrecido acompañarle hasta allí). Hasta que finalmente me preguntó dónde vivía exactamente, ante lo cual yo mentí dándole una dirección falsa y yéndome con unos desconocidos que bajaban por la calle para hacer ver que ya había encontrado a mis amigos y diciendo que íbamos a la biblioteca a estudiar, finalmente tuve que huir. Una vez lejos, observé al mendigo desde una esquina sin que él me viese: sacó un cigarrillo de una cajetilla de marca, un mechero, se lo encendió, se puso unas gafas de montura brillante y tecleó algo en una blackberry que se sacó del bolsillo.
Desconozco los motivos por los que aquel hombre quería entrar en mi casa, pero buenos no podían ser.
Es probabilísticamente absurdo que una persona sea exactamente igual a como nos la imaginamos tras una primera impresión.
Por eso es útil reconocer cuando tenemos prejuicios y cuando las pruebas de que alguien es mala persona están realmente presentes, conocer detalles psicológicos nos sirve para averiguar en qué y de qué manera está pensando otro ciudadano.

Está todo basando en los impulsos inconscientes y la posición de las partes del cerebro. El hemisferio derecho del cerebro es el que se ocupa de las emociones y de la imaginación, mientras que el hemisferio izquierdo es el que se ocupa de hacer uso de la lógica y gestión de los recuerdos. Por lo tanto, si una persona mira hacia su derecha (tu izquierda, no os liéis, je, je) es que está haciendo uso de la imaginación para inventarse algo, pero si mira a su izquierda es que está recordándolo. Si además mira hacia arriba es que el pensamiento se trata de una imagen, si no, es un pensamiento de sonido (Pensamientos .jpg y .mp3, o algo, ja, ja). Y por último, si mira hacia abajo es que recuerda sensaciones o está razonando, ya sea reflexionar, buscar los pros y contras de algo, etc.
Eso nos servirá para saber si las palabras de alguien son sinceras o no. Esto es la base de la programación neurolonguística, un término que iré desarrollando en el blog a objetivo de acercar el conocido "mentalismo" a los internautas como usted para hacer de este mundo un lugar más sincero.

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