viernes, 4 de noviembre de 2016

"Esque, joder, el papel de un aliado feminista es el de callar y escuchar"



Aclaro que en este artículo no estoy criticando el feminismo, soy feminista y transfeminista, lo que critico son ciertas ideas que han surgido entre algunas feministas radicales sobre los hombres aliados feministas.

El papel de todo aquel ser vivo que se considere feminista o relacionado con el feminismo es el de deconstruirse, deshacerse de los valores tradicionales erróneos relacionados con las diferencias de género, y, una vez ahí, tomar consciencia de la situación y actuar en consecuencia.
A mi me "criaron como a un niño" a pesar de ser una niña, me "educaron como a un hombre" a pesar de ser una mujer, por lo que no comparto con otras mujeres recuerdos tipo "las niñas no hacen eso" o "eso es de chicos, no lo hagas", así que a menudo mi posición está más cerca a la de aliada feminista que a la de feminista en sí.
Pero me repatea como mujeres obligan a cerrar la boca a hombres en nombre del feminismo sin que estos siquiera hayan podido ni dar su opinión.
No estoy hablando del machirulo genérico, no estoy hablando del neomachista "masculinista", estoy hablando de verdaderos aliados feministas que luchan por la liberación de la mujer.
Vale, estoy cabreada, calmémonos y hablemos como personas "civilizadas".
Cierto, el feminismo consiste en la liberación de la mujer, más concretamente en la del género femenino. Las mujeres son y deben seguir siendo las protagonistas de esta lucha, y por pura lógica lo van a seguir siendo, los hombres no pueden apoderarse de la lucha por el hecho de ser hombres, no hace falta que nadie les cierre la boca. Pero eh, que muchos de esos aliados feministas son en realidad "neomachistas infiltrados", vale, ok, entonces cerrémosle la boca a todos para asegurarnos.
Los aliados feministas existen. Quizá no todos los que se lo hacen llamar lo sean ni todos los que en ocasiones defiendan el feminismo lo sean tampoco. Pero sí que los hay, hombres que han sabido deconstruirse correctamente, que son conscientes del patriarcado y el machismo y, aunque no hayan experimentado la misogínia en sus propias carnes les indigna la opresión que sufre el género femenino y quieren luchar por derrocar al patriarcado.
Además, el patriarcado da por culo tanto a las mujeres como a los hombres que no formen parte del "club de los chicos", aquel al que solo se pertenece cuando eres un machote que se tira a todas las que puede y no va de calzonazos haciendo caso a lo que dicen las mujeres. Sí, eso ocurre.
Cuando iba al instituto me pegaban palizas por no ser el "machote" que todos se esperaban que fuese, a menudo los chicos de clase se ponían a hablar de sus hazañas en las discotecas ligando con chicas y echando varios polvos por noche con completas desconocidas. A mi me indignaba que se dedicasen a tratar a las chicas como trofeos de caza y siempre me metía al trapo en una discusión en la que me acababan empujando por las escaleras o tirando dentro de un contenedor de basura. Incluso en los campamentos me despertaban en mitad de la noche restregándome sus penes por la cara para burlarse de """mi masculinidad""". Eso no me lo hacían por ser mujer, pues entonces conservaba la apariencia de chico hetero-cis-normativo, me lo hacían por oponerme a su ideología machista.
Obvia y evidentemente, el papel principal de un aliado feminista es el de escuchar y deconstruirse, y una vez lo ha hecho, DEBE pasar a la acción. Hay entornos machistas en los que jamás escucharán a una mujer por el mero hecho de ser mujer y la única forma de meter ideas feministas ahí es mediante la voz de un hombre. Cierto, en esa situación dicho hombre se estaría apoderando momentánea y aisladamente de la lucha, pero si las palabras son las correctas y su impacto es positivo, ¿es tan malo eso?
Evidentemente, el miedo a que los hombres se apoderen de la lucha no es por una charla de un aliado feminista frente a un grupo de machirulos, ¿cierto? El miedo real es a que "estropeen la verdadera esencia del feminismo" al haber más aliados feministas de pega que malinterpreten el feminismo que aliados feministas de verdad. Dicho esto, la solución NO es cerrar la boca a nadie, sino instruir sobre feminismo y ayudar a que tanto mujeres como hombres se deconstruyan y se deshagan de sus ideas preconcebidas.

Cierto, no necesitamos a hombres que luchen POR nosotras, pero sí necesitamos a hombres que luchen CON nosotras.
(Cuando digo "con" me refiero a nuestro lado, no "contra", que ya veo a alguien malinterpretándolo)

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